EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Este verano, con la llegada del Sr. Florentino Pérez a la presidencia de la "Casa Blanca", se le hizo una promesa a la afición madridista: Buscaremos y encontraremos la felicidad. La nueva Junta Directiva blanca prometió que el equipo jugaría como los ángeles, con un estilo propio y con una personalidad en el campo que sería marca de la casa. Vamos!!! que jugaría como el Barça.
Se pusieron manos a la obra y empezaron a tirar de chequera. Que sí Cristiano por aquí, que si Kaká por allá, Xavi Alonso para gobernar el centro del campo y los partidos, y a Benzema para que golee sin parar. Como guinda del pastel, un entrenador licenciado en ingienería, educado, muy correcto y con un gran gusto por el fútbol de toque. En lo que no cayó Valdano y compañía, era que el plantel que habían puesto en manos de Pellegrini, estaba hecho para jugar al contraataque y no para llevar el peso del partido. No se dieron cuenta de que esta plantilla no podría jamás jugar como el Barcelona. Florentino no se ha dado cuenta, de que el estilo, no se compra ni se vende... eso se tiene. Eso se lleva en el ADN de los jugadores que salen de la cantera y que llevan jugando con ese estilo desde el primer pañal.
El sábado, después del empate en Gijón, Valdano seguía obcecado en el error: " No se pasa de jugar al contraataque al ataque en solo tres meses". Claro, campeón!!! Ni en una década tampoco.
En la capital del reino, hay mucha gente que no tiene claro que su Madrid tenga que jugar como el Barcelona, para que ellos vivan en la felicidad. Hay una opinión, bastante generalizada, que el Madrid tiene otro estilo. El estilo de los Machos. El estilo de Camacho, Hugo Sánchez , Juanito , Stielike, etc. O sea... la quinta del Buitre. Un estilo directo, no exento de calidad. Un estilo que no se andan con toquecitos ni historias. Un estilo en el que predomina tener un par de cojones bien puestos, antes que una buena zurda. Pues oye!! Igual tienen razón.
Siempre he defendido a los equipos con personalidad, con un estilo propio e intransferible (quizás por eso soy del Barcelona). El Real Madrid, hace quince o veinte años, lo tenía. Quizás deberían dejar de mirar hacía fuera para encontrar la felicidad, y deberían empezar a hacerlo hacia dentro. Hacía las categoría inferiores y hacia el pasado glorioso del mejor club de futbol de la historia.