jueves, 27 de febrero de 2014

NÚMEROS MÁGICOS


-Números mágicos
-¿Números mágicos?
-Si, números mágicos.
-Dios mio, ¿pero de qué estás hablando?
-Los números sí que nos están hablando, tratan de decirnos algo.
-No te comprendo.
-¿Alguna vez has mirado el reloj y eran exactamente las once y once?
-No sé, seguramente ¿y qué?
-¿Qué te sugiere eso?¡Es un mensaje!
-¿Un mensaje?¿Estás borracho?
-En serio, ¿crees que es casualidad?
-Creo que si son las once y once, faltan nueve minutos para que pase el autobús, o hace exactamente cuarenta y un minutos que debería haber terminado de almorzar, eso es lo que creo.
-¿Entonces cuando miras la hora y son las veintitrés y treinta y dos, no te hace pensar que tienes treinta y dos años y quizá los números te quieren decir algo?
-¿y si tuviese treinta y seis?
-Te tropezarías incesantemente con el número treinta y seis, ¡Ah! y por cierto, no estoy borracho... Aunque he estado bebiendo.
-Lo suponía.
-¡Venga! No seas estúpido. Piensa en la cantidad de veces que los números se repiten en tu vida. Números extraños que se cuelan con total normalidad en tu rutina diaria.
-A mi eso, no me pasa.
-¿Seguro?
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, todo. ¿No te has despertado en mitad de la noche y al mirar la hora solo faltaban unos minutos para que saltase el despertador?
-Si, que putada...
-Ahí lo tienes.
-Absurdo. Todos los días, el despertador  suena a la misma hora, mi cuerpo ya se ha habituado.
-Que cuerpo más listo, entonces, ¿nunca te has dormido?
-Nunca.
-¡Vamós!¿Ni siquiera los fines de semana?
-Bueno, alguna vez, pero eso no quiere decir nada. Y los fines de semana, sé que no tengo la necesidad de levantarme y por lo tanto, no lo hago.
-¿Y por qué te levantas antes de que suene el despertador? Al fin y al cabo se supone que te pones la alarma para no tener que preocuparte del tiempo hasta que suene.
-Solo sucede a veces, la mayoría de los días me levanto con la alarma.
-Los números son mágicos y te avisan de algo.
-Son casualidades, ya te lo he dicho.
-Las casualidades no existen, en realidad se llaman serendipias y si te paras a pensarlo son de lo más inquietantes.
-¿Los números o las casualidades?
-Ambas cosas, fíjate. La semana pasada me acosté, soñé con un viejo amigo, Ramón. Me desperté de repente, inquieto, miré la hora, una jodida costumbre que tengo, eran las doce y veintitrés.
-¡Dios mio! Apasionante, jajaja.
-Escucha. Ramón cumple años el veintitrés de diciembre, y cuando me acosté, eran exactamente las veintitrés y doce minutos. El reloj se había dado la vuelta, y aunque solo había dormido durante una hora y once minutos, que casualmente son tres unos, me sentía totalmente descansado, y habría jurado, de no haber visto la hora, que había dormido toda la noche.
-Fascinante.


-¡No te burles! Aún no he acabado. Ese día seguí durmiendo y a la mañana siguiente vi a mi hermano Josemi. ¿A qué no sabes cuando es el cumpleaños de mi hermano?
-Pues no, dímelo tú.
-El veintitrés de diciembre, el mismo día que Ramón. Y encima, en el momento que lo vi no caí en mirar el móvil, pero no estuvimos hablando más de veinte minutos y cuando se fué, lo miré y eran las doce y cuarenta. Casi seguro que lo vi a las doce y veintitrés. Que lástima no haber mirado la hora entonces.
-Estás chalao.
-¡Hostia!
-¿Qué pasa?
-Mira la hora.
-La miro.
-¿Qué hora tienes tú?
-Las cuatro y dieciséis.
-Las dieciséis y dieciséis, la matrícula del coche de mi hermano, justo ahora que estamos hablando de él.
-Joder tío, los números no son nada, los inventamos nosotros.
-No, nosotros los descubrimos, los números siempre han estado ahí, esperando a que los comprendiésemos, por eso encajan y no te pueden engañar. Uno más uno, siempre son dos, por eso son mágicos, porque a pesar de ser inmutables, tratan de decirnos cosas y nos las dicen tan claramente que no somos capaces de verlas más allá de su valor numérico. Los números son mágicos.
-Estás definitiva y absolutamente loco.
-Cinco.
-¿Qué?
-Cinco.
-¿Cinco?
-¡Por el culo te la hinco!

domingo, 23 de febrero de 2014

LA SANIDAD ESTÁ ENFERMA


 Después de más de tres años de inactividad, voy a intentar cumplir uno de esos propósitos que nos prometemos  nada más comernos las 12 uvas cada 1 de enero. Esa mezcla de culpabilidad, excesos gastronómicos, alcohólicos y psicotrópicos ayudan a venirse arriba e incluso gritarlo a los cuatro vientos:
- "Este es... mi último cigarro!!!"
- "Pues yo... me voy a hacer la colección entera de coches clásicos en miniatura"
- "Y yo...VOY A ESTUDIAR INGLÉS"

Apenas 2 semanas después, estos gilipollas ya se habrán comprado un cigarro electrónico y dos recargas (que nunca gastarán porque el cartón de Malboro eclipsará esa moda de mierda de llevar un pequeño falo tóxico colgado del cuello), tendrán un Citroen 2 caballos y un Seat 600 a escala 1/43 al lado de una flamenca encima del televisor y se habrán gastado 200 euros de matrícula en una academia de aprender inglés con 1.000 palabras, como Ana Botella.

Pero yo en nochevieja me contuve. Pegué un sorbo a mi copa de cava catalán (adiós lectores blaveros), miré a los ojos a Ramón Garcia y me dije a mi mismo: "Troy, el mundo necesita que volváis. Como dijo el Duque de Feria, los niños son el futuro, y se lo debemos a ellos."

Así pues, aquí estoy más de tres años después, y creo que no hay mejor tema para regresar al mejor blog de la puta historia que para dar mi opinión sobre lo que está pasando en la Sanidad de este país.
Y lo haré desde la perspectiva que me da el día a día, el estar ahí bajo con el barro por las rodillas.

De todos es sabido ya, y por si alguien no se ha enterado lo repetiré una vez más: estamos en crisis. Pero una crisis de valores. Esta ESTAFA del capitalismo salvaje que se ha llevado por delante, con voracidad extrema, derechos laborales y sociales, libertades y valores por los que tanto se luchó para conseguirlos.
Ha destrozado vidas, ha separado familias, nos ha hecho retroceder a épocas pasadas, ha arrebatado ahorros, viviendas, trabajos, y los más importante: nuestra dignidad.
Nos han intentado hacer creer que los culpables de la situación hemos sido nosotros, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que la situación no era sostenible, que un trabajador no puede tener una vivienda, un coche y que sus hijos estudien, que estamos pagando las consecuencias de haber vivido una fiesta perpetua y que ya ha llegado la hora de pagar la cuenta.
Han inyectado dinero público para ayudar a bancos, grandes empresas y despilfarros políticos.
Los casos de corrupción nos golpean todos los días como un mazo y los implicados ni se sonrojan e incluso se ríen de nosotros y de la justicia.
Suben los impuestos, y bajan los salarios. Los medios de comunicación son cómplices de todo ello con su silencio o manipulación.
Nos sentimos desprotegidos ante la situación, cayendo en la aceptación, sumisión e incluso en el conformismo, y a los pocos que osan desafiar al sistema intentan callarlos mediante represión policial, legislativa y penal.
Intentan maniatar nuestro futuro, recortando gastos en los pilares básicos sobre los cuales se debe sustentar un país; educación, investigación, protección social y sanidad, que es sobre la cual os voy a dar mi humilde opinión. Sin cifras, sin porcentajes, ni datos engañosos (porque no me sale de los huevos buscarlo, aunque podría si quisiera) que no son más que eso: números.

Hasta hace pocos años nos hemos vanagloriado de que teníamos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. ¿simple orgullo patrio o realidad? Sin duda lo segundo. Pero ¿cuál es el motivo de la incuestionable decadencia de nuestra sanidad?
Como he dicho antes, con la CRISISTAFA nos han intentado inculcar una serie de falacias con el viejo, pero efectivo, método de repetir una mentira hasta la saciedad hasta que esta cale tan hondo que todo el mundo la reconozca como verdad absoluta. Entre esta serie de falsos argumentos destacan:

- La sociedad española ha envejecido y ello ha hecho aumentar los costes sanitarios. 
Pero en realidad lo que nos están diciendo es: Hay que retrasar la edad de jubilación para hacer sostenible el sistema. ¿y por qué se prejubilan entonces los directivos de los bancos con millones de euros provinientes de un rescate con dinero público? Al retrasar la edad de jubilación ¿cuántas personas nacidas en los años 80 van a conseguir cotizar más de 30 años en la seguridad social si a día de hoy muchos todavía buscan su primer empleo? Lo único que está claro que el único objetivo de todo esto es conseguir unas futuras pensiones low cost.

- Los hospitales deben de gestionarlos empresas privadas para una mayor eficiencia.
Una de las comunidades autónomas pioneras en este tipo de prácticas es la Comunidad Valenciana y a la vista está que la verdadera finalidad de ello es hacer negocio con dinero público.
Básicamente el funcionamiento de este tipo de hospitales es el siguiente: se cobra a la Administración Pública equis dinero por habitante y a cambio una empresa privada se hace cargo del funcionamiento de los recursos humanos y materiales de la circunscripción sanitaria en cuestión. Lo cual se reduce en que esta empresa al final buscará, como es lógico, obtener los mayores ingresos posibles, y esto sólo se puede hacer de dos formas: empeorando las condiciones laborales del personal (reduciendo plantillas, bajando salarios, etc) y dando un peor servicio sanitario (abaratando costes, reduciendo la calidad, disminuir pruebas diagnósticas, ingresos, intervenciones quirúrgicas, derivando pacientes no rentables a hospitales de gestión pública, etc).
¿Todo ello sirve para reducir el coste global sanitario a las arcas públicas? No, y en muchos casos estos son mayores a los de los hospitales netamente públicos con una peor calidad asistencial.
¿y quién se beneficia de esta modalidad sanitaria? Pues un conglomerado de empresarios que, no lo dudéis, han conseguido estos contratos gracias a favores que tarde o temprano han pagado o pagarán a los encargados de adjudicarlos, la Consejería de Sanidad de turno, la cual debería ser la encargada de velar por nuestra salud, no de hacer negocio con ella.

- Hay demasiados funcionarios y son todos unos vagos
 La demonización a la que se ha visto sometido este colectivo por parte de los políticos (que irónicamente son los que sobran y que  no se ganan su sueldo) tiene un objetivo claro: poner a la sociedad en contra de estos trabajadores, para así poder disminuir sus salarios, aumentar la jornada laboral, reducir su número ostensiblemente y que la opinión pública aplauda estas decisiones, y por otro lado justificar la tan deseada privatización de la sanidad.
Afortunadamente con el tiempo la gente está empezando a ver la realidad y se ha posicionado a favor de este colectivo apoyando movimientos con tanta repercusión como la Marea Blanca de Madrid.

- El copago sanitario es la única solución para mantener el sistema sanitario
¿Copago? la forma correcta de decirlo sería REPAGO, ya que la sanidad se sustenta de nuestros impuestos que por otra parte cada vez son más numerosos y elevados. Así que no te engañen, la sanidad no es gratuita porque cada vez que echas gasolina están contribuyendo con un jugoso porcentaje a las arcas públicas, aunque luego este dinero vaya destinado a hacer un puente de mierda en vez de a proporcionarnos salud y bienestar.