El critico bueno
Sucedió que, por un motivo ineludible, debía coger un vuelo. En el atareado día que precedió a esta acción, olvidé incluir en mi equipaje de mano lo más importante, un libro.
Estaba tristemente resignado cuando llegué a la casa de mi suegra, ya que David, mi cuñado, debía acercarme al aeropuerto. Sin mucha esperanza inicié una búsqueda desesperada entre la escasa literatura que reposa en sus estanterías. Cual fue mi sorpresa cuando descubrí entre tanta "paja" algo que despertó mi interés. Un finísimo libro que contenía una de las mejores obras del siglo XVII, Hamlet, de William Sheakespeare.
Desde luego esta era la única situación que me habría empujado a devorar una obra de teatro. Y puesto a empezar, ¿qué mejor manera de hacerlo que con el mejor autor de la historia? Con permiso de Don Lope.
Como es obra conocida, obviaré mis habituales reparos y jalonaré mis comentarios con hechos que suceden en el desarrollo de la historia.
Así, cuando en el avión emitían una rancia película en ingles, subtitulada en holandés, yo aterrizaba en la Dinamarca de Hamlet y ciertamente, algo olía a podrido por esos lares.
Todo comienza con un Hamlet alegre, enamorado de Ofelia, hija de Polonio, el Chambelán del reino. Con todo, su amor es imposible, porque la sangre de la dama no está a la altura de la del príncipe de Dinamarca. Polonio obliga a su hija a rechazar al joven.
Por otro lado y al mismo tiempo, la sobrenatural aparición del espectro de su padre, con una serie de peticiones de venganza terminan de nublar el juicio de Hamlet, que desde ese momento, se debate entre actuar o no, para vengar a su padre y en un vano intento de recuperar el favor de su amada. No es de extrañar que a los ojos ajenos parezca un demente y ya todo el mundo lo toma por loco.
Estaba tristemente resignado cuando llegué a la casa de mi suegra, ya que David, mi cuñado, debía acercarme al aeropuerto. Sin mucha esperanza inicié una búsqueda desesperada entre la escasa literatura que reposa en sus estanterías. Cual fue mi sorpresa cuando descubrí entre tanta "paja" algo que despertó mi interés. Un finísimo libro que contenía una de las mejores obras del siglo XVII, Hamlet, de William Sheakespeare.
Desde luego esta era la única situación que me habría empujado a devorar una obra de teatro. Y puesto a empezar, ¿qué mejor manera de hacerlo que con el mejor autor de la historia? Con permiso de Don Lope.
Como es obra conocida, obviaré mis habituales reparos y jalonaré mis comentarios con hechos que suceden en el desarrollo de la historia.
Así, cuando en el avión emitían una rancia película en ingles, subtitulada en holandés, yo aterrizaba en la Dinamarca de Hamlet y ciertamente, algo olía a podrido por esos lares.
Todo comienza con un Hamlet alegre, enamorado de Ofelia, hija de Polonio, el Chambelán del reino. Con todo, su amor es imposible, porque la sangre de la dama no está a la altura de la del príncipe de Dinamarca. Polonio obliga a su hija a rechazar al joven.
Por otro lado y al mismo tiempo, la sobrenatural aparición del espectro de su padre, con una serie de peticiones de venganza terminan de nublar el juicio de Hamlet, que desde ese momento, se debate entre actuar o no, para vengar a su padre y en un vano intento de recuperar el favor de su amada. No es de extrañar que a los ojos ajenos parezca un demente y ya todo el mundo lo toma por loco.
Pero ¿qué es la locura si no un estado de ánimo? diría Hamlet si le preguntásemos. A buen seguro lo haría con un lenguaje mucho más florido y salpicado de melodramática melancolía. Así, se sumerge en oscuros pensamientos de venganza, soportando una carga para la que no parece estar hecho. Buscando, inconscientemente, algún modo de retrasar la petición del fantasma paterno.
Hamlet se vale de su inteligencia para probar que lo que le susurró el alma atormentada, era del todo cierto, y que un traidor ciñe la corona de Dinamarca.
Desde este momento la locura del príncipe se acentúa por un lado y por otro nos da motivos para pensar que se trata de una pose, que es fingida. Varios combates dialécticos se suceden desde este momento, con Polonio, con antiguos compañeros, con un enterrador y con algún cortesano, todos ellos cargados de brillante verborrea y muy recomendables por lo divertido y por lo instructivo.
Al final el que en un principio pensé pusilánime heredero, se destaca como hombre bravo y con arrojo, y tras una serie de situaciones peligrosas para el protagonista, lo vuelve todo de cara para, al fin, cumplir con su objetivo. El cómo y el por qué, tendréis que averiguarlo vosotros prestando vuestro tiempo a la lectura.
Hamlet: Ser o no ser, he ahí el dilema...
Hamlet se vale de su inteligencia para probar que lo que le susurró el alma atormentada, era del todo cierto, y que un traidor ciñe la corona de Dinamarca.
Desde este momento la locura del príncipe se acentúa por un lado y por otro nos da motivos para pensar que se trata de una pose, que es fingida. Varios combates dialécticos se suceden desde este momento, con Polonio, con antiguos compañeros, con un enterrador y con algún cortesano, todos ellos cargados de brillante verborrea y muy recomendables por lo divertido y por lo instructivo.
Al final el que en un principio pensé pusilánime heredero, se destaca como hombre bravo y con arrojo, y tras una serie de situaciones peligrosas para el protagonista, lo vuelve todo de cara para, al fin, cumplir con su objetivo. El cómo y el por qué, tendréis que averiguarlo vosotros prestando vuestro tiempo a la lectura.
Hamlet: Ser o no ser, he ahí el dilema...
14 comentarios:
Siempre me ha tirado para atrás ésta literatura, creo que se me haría muy pesada.
Además, que ya vi la peli, la protagonizada por Mel Gibson, claro.
Solo son 100 páginas, justo tu límite, este libro te lo meriendas en dos tardes, sin ganas y todo...
Vale la pena, hay partes que he disfrutado muncho.
muncho, munchísimo, jejeje
100 páginas? me sobran 60 para saber si es bueno o malo.
En primer lugar, siento mi ausencia todo este tiempo,ya, ya lo se, no tengo perdon, pero ya estamos aqui de vuelta, espero publicar algo esta semana.
En cuanto al articulo, me acuerdo que en el instituto tuve que leerme Romeo y Julieta y una vez superados todos mis prejuicios he de reconocer que no guardo mal recuerdo del libro.
Realmente lo escribió Shakespeare? hay algunas teorías, y cada vez más investigaciones científicas que dejan lugar a la duda, el problema es que no se disponen de muchos datos de esa época para poder contrastar, pero lo último que ví fue que unos investigadores daneses( creo) habían llegado más lejos que nadie en esto, y habían encontrado datos que llevaban a pensar que detrás de Shakespeare y sus obras había otro dramaturgo sin fama ni reconocimiento alguno, pero con mucha más cultura de William para poder escribir esas grandes obras, ya que William, para empezar, era analfabeto...
Shakespeare era analfabeto? Pues si eso fue así, en las facultades de marketing de todo el mundo tendría que haber una estatua suya de 20 metros!!
Ahora en serio, lo que pasaba con él es que fue autodidacta, no tuvo una formación al uso de su época, y de hecho creo que no paso por la universidad, y ese fue uno de los motivos por los que se convirtió en un genio, y también por los que escribía en una lengua vulgar como el inglés y se dedicaba a algo tan bajo como el teatro. No sabía apenas latín. Pero de ahi a ser analfabeto...
A mi Hamlet me gusta bastante, pero diría que mi preferida del bardo para leer de un tirón es El Mercader de Venecia, a la que además guardo gran cariño por ser el primer regalo que me compró mi hermano pequeño. Snif, como pasa el tiempo. ;)
Dicen que uno de los contras que había en ésa época para escribir y tener éxito era no ser nadie, o sea, no ser de la alta nobleza, y Shakespeare no lo era...Lo cierto es que hay muchas teorías, algunas incluso que dicen que el que en realidad escribía era Francis Bacon.
OFF-TOPIC: He añadido un gadget lateral para que muestre los últimos comentarios, así podemos ver si hay movimiento y discutir más comodamente.
FIN OFF-TOPIC.
Yo creo que todas las teorias para desprestigiar a Shakespeare son bastante poco fiables, y en muchos casos, interesadas. Sin ir más lejos, las obras de Bacon, filósofo y científico, y las de Chespir se parecen como la noche al día, y por otro lado ¿que interés tendría todo un canciller de Inglaterra en cederle la gloria a un triste bardo? Paparruchas.
Ya, eso es lo que no me cuadra, pero quién sabe? los verdaderos intereses, si es que los había, nadie los sabe. Lo de que las obras de uno y de otro sean tan dispares no tienen por qué ser un impedimento, Bacon podría tener su cara científica ( o cuasi científica) y también tener un lado literario. De cualquier forma, es cierto que existen científicos a un lado y al otro del dilema...y nunca mejor dicho.
Por cierto, genial lo de los comentarios al lado, gran idea ;)
Gracias, aún me estoy peleando con ello, pero a ver si esta tarde ya está decente. Por ahora por lo menos ya hay algo.
Uhmmm, interesantes comentarios.
Lo más parecido a leer a Sespir que he hecho ha sido ver el capítulo de Hamlet de los Simpsons, pero estoy seguro que antes me leería la obra que vería la peli de Gibson (y no te digo ya la de Mr. Branag)
Sinceramente, lo de los estudios sobre Secaspeare me suenan a teoría de la conspiración. Si hay gente que investiga si realmente exitió El Quijote...
No creo en las teorias que tratan de desprestigiar a los genios. En principio su única base es el plagio, algo muy extendido en la época y que no se veía del mismo modo que hoy. La originalidad no era tenida en cuenta, sino el modo de explicar la misma historia.
Por otro lado nuestro gran autor Lope de Vega también tuvo que bregar, incluso después de muerto, con el mismo tipo de falacias sobre su prolífica obra, no en vano se le atribuyen más de mil, y a mano, lo cierto es que aquí, quizá si que tengan base los mal intencionados, jejeje. Recuerdo la historia del Codicilo de Domitilo Segundo en el que Domitilo relata como mostró su obra "fuenteovejuna" al gran Don Lope, para que le diese su parecer y parecerle le pareció bien, porque en menos de un mes la estrenaba como propia...
En fin, historias de desprestigio, las hay a cientos, pero lo cierto es que las pruebas son escasas y meramente circunstanciales...
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