viernes, 4 de diciembre de 2009

ME CAGO EN: EL BALONCESTO SIN FERNANDO MARTIN o 20 AÑOS SIN MI IDOLO



Hay fechas que se quedan grabadas a fuego en la memoria. Al igual que George Karl, yo también recuerdo aquél día tanto como el del nacimiento de mis hijos. Resulta difícil creer que hayan pasado 20 años…
Era un sábado por la tarde. Entonces no había un solo campo de baloncesto de libre acceso en todo el pueblo los fines de semana, cosa que, para vergüenza de cualquier vecino del tercer pueblo más grande de la provincia, 20 años después no ha cambiado. Así que, para echar unas canastas, nos tocaba saltar la valla del Cervantes y cruzar los dedos para que la limpiadora no nos echara o llamara a la policía.
Eran pasadas las 19:00h y volvíamos chorreando de sudor cuando Míguel, con la satisfacción del que da noticias importantes en primicia, nos contó que Fernando Martín se había matado en un accidente de coche.
No recuerdo si llegamos a comentarlo o si hablamos mucho de ello, pero me acuerdo perfectamente que tanto Fernando como yo nos fuimos a casa antes de lo habitual supongo que por el mismo motivo, para evitar que nos vieran llorando en mitad de la calle.
20 años después aun recuerdo perfectamente su juego. Sus luchas por la posición de espaldas a canasta, su semigancho en suspensión, su defensa agresiva y su facilidad para hacerse grande dentro de una zona se echan mucho de menos en el baloncesto actual, donde se confunde la agresividad con la violencia, la apatía con el baloncesto de ataque y la intensidad con la racanería.
Fernando Martín demostró que la actitud es el 50% del valor de un jugador. Aun recuerdo el día que Lemon Lampley, jugador del RAM JOVENTUT machacó delante de él quedándose colgado del aro en un gesto inusualmente provocativo para la época. Martín alzó los brazos mientra Lampley se bajaba del aro, cayendo casualmente sobre uno de sus codos. Lampley estuvo varios minutos en cuclillas contándose los testículos y no volvió a machacar en todo el partido.
Martín protagonizó el que, en mi opinión, hasta la fecha es el duelo más intenso de la historia de nuestro baloncesto. Los Barça-Madrid de la época eran además los Norris-Martín. El primer jugador de nuestro baloncesto en cobrar 100 millones de pesetas encontró en el español a uno de esos antagonistas que te hacen mejorar como jugador.
Sus luchas por la posición se jugaban casi a ras de suelo incluso cuando el balón estaba a la otra parte del campo.
Fernando era carácter en la pista y el vestuario. Era imposible bajar los brazos jugando con él, y Petrovic, para el que el destino tenía previsto un final irónicamente paralelo, supo en sus carnes lo que es luchar por un balón con tu propio compañero. La “Liga de Petrovic” no era tal liga si Martín estaba en cancha. Llorente admitió años más tarde que Martín, harto del individualismo del croata, arengaba a sus compañeros a NO pasarle la pelota, incluso delante del propio Lolo Sainz, tras los tiempos muertos.
Para valorar su salto a la NBA hay que hacerlo mirando el baloncesto desde 1989, cuando la supremacía de la liga americana era incuestionable, tanto que sus participantes no estaban autorizados a participar en las olimpiadas, y donde era impensable que un jugador llegara allí sin pasar por la NCAA.
Jugó poco y con poca fortuna. Era otro tiempo y un jugador de 2.05 debía luchar con los aleros americanos, mucho más rápidos y técnicos, y no con los pivots, mucho más altos y fuertes.
Hay que pensar además, que Fernando nunca tuvo vocación de baloncestista. Su deporte era el balonmano, pero la humanidad se merecería un puntapie en las pelotas si se hubiera permitido desaprovechar un físico como ese. Y no ocurrirá eso en el Ramiro de Maeztu donde, ya con 15 años de edad, y como la mayoría de leyendas del Real Madrid (Felipe y Alfonso Reyes, Herreros, Orenga, Díaz Miguel, Antúnez, su hermano Antonio…) , se inició en el Baloncesto jugando con el Estudiantes.
Su recuerdo se ha difuminado por el ciclón de los chicos de oro, pero un servidor aún sigue añorando la fuerza, la entrega y la lucha que el baloncesto de los 80, y este señor como su estandarte, se llevo consigo un 3 de diciembre de 1989.

8 comentarios:

daaxe dijo...

Plas, plas!

Gran artículo, si señor. La verdad es que fue un fenómeno el tío. Hay que recordar que la NBA de los 80 era una pasada, y europeos los justitos.

Como curiosidad, no recordaba a Orenga de blanco. Era el único de los que has nombrado al que solo recordaba en el Estu.

little caesar dijo...

Joder, de lo mejor de las últimas entradas...pelos de punta.
No sabía muchas cosas que has comentado, me han sorprendido.

Lo de la nba hay que valorarlo en su justa medida, aquello fue histórico, aunque jugase los minutos de la basura.

Desgraciadamente tengo pocos recuerdos baloncestísticos de los años 80, eso o que he perdido muchas neuronas...

ALUD ROMERA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ALUD ROMERA dijo...

Fernando Martín tiene la culpa de que durante mucho tiempo pensase que Robert Parr era merengue, de que pasase horas jugando a un juego de ordenador rematadamente malo en el que jugaba Fernando M. contra F. Martín, de que trasnochase a una edad en la que no debería hacerlo para, con suerte, verle jugar unos minutos en "Cerca de las estrellas", de que varios años después de su muerte siguiese saltando la valla del Cervantes para jugar al balonces en lugar de ir a ARABESCO que es donde se movía la gente de mi edad en aquella época...


Esta semana leí en un artículo no sé si del MARCA o del AS que Audi
Norris decía que todos los días veía a Fernando Martín. Una foto de ambos luchando por un rebote preside su gimnasio privado... Resulta que Norris, veinte años después, aún no ha podido olvidar a su "alter ego", a su némesis deportiva, a su rival implacable, ¿como podría haberlo olvidado yo, un simple mortal?

Anónimo dijo...

Que entrada más bonita, enhorabuena.

bendecida dijo...

Fernando fué un auténtico crack. A la altura de Pau en aquellos tiempos. Él renunció dos años de selección española por jugar en la NBA... en esos tiempos, ningún profesional del baloncesto podía jugar competiciones internacionales. Hoy en día, Fernando hubiera jugado minutos de calidad en cualquier equipo de la NBA. Yo soy del Barça y recuerdo perfectamente los duelos con el gran Audi. Nos solía fastidiar bastante pero el Barça, ya entonces, empezaba a ganarles con continuidad. Antes de la generación de oro, Martín era el mejor jugador de baloncesto de la historia de España. Y el primero con un par de huevos para medirse con los mejores. Lástima que muriera tan joven!!!

TROY MCCLURE dijo...

Buenísimo Robert, no soy un gran seguidor del baloncesto y menos de hace 20 años, pero FM es un icono deportivo, muy emotivo.

Alud, yo también jugaba al spectrum con ese deseperante juego (con qué poco nos conformábamos), y si no al Emilio Butragueño donde el único aliciente era elegirse al equipo del uniforme blanco o uniforme negro.

Robert Parr dijo...

FMBM era un gran juego... si jugabas contra Alud. Jugar contra el ordenador era desesperante. Botabas a 5 m. del contrario (con un curioso parecido a Petrovic) y te robaba el balón y te clavaba un triple aunque tirara desde el vestuario.
Por cierto, hace poco se reeditó en version Java para móviles con el nombre de Juan Carlos Navarro.

Bende, aunque mi posterior animadversión al blanco me ha hecho olvidarlo parcialmente, debo recordarte que la última liga que perdió Martín fue el robo deportivo más grande de lo que yo recuerdo. El arbitraje de Neiro en el 5º partido aun me hace avergonzarme de ser fanatico de este deporte.