miércoles, 9 de septiembre de 2009
DARK DUSK 11
El cementerio de Oakland era bonito, bonito de la forma que puede ser un lugar supuestamente tan siniestro como un cementerio, claro; con la estatua en memoria de los soldados de la confederación caídos en la guerra civil dominando desde lo alto del promontorio…el orgullo sureño y esas cosas, ya sabéis.
Y James A. Cougar de orgullo sabía mucho, sabía más que nadie. Había llegado a lo más alto luchando, peleando a cara de perro en los suburbios de la aquella asquerosa ciudad, haciéndose un nombre poco a poco, escalando posiciones en la organización, y vale, había jugado sucio, había mentido, estafado y asesinado, él lo sabía, pero en aquella ciudad todo valía.
Por eso, cuando James A. Cougar llegó al cementerio acompañado por Ignatius, su hombre de confianza y mano derecha, para dar el último adiós a su hermanastro, avanzó lentamente, desplazando con elegancia su oronda figura, con la cabeza alta, mirando a los ojos a todos aquellos que habían optado por presentar respetos a Albert McCoist.
- Ha venido mucha gente, señor.
- La mayoría de la gente que ves aquí ni siquiera sabía de la existencia de Al.
- Las noticias vuelan, señor.
- Ya, hijos de puta codiciosos.
Siempre que tenía preocupaciones adoptaba esa actitud lacónica y distante, a menudo irónica. Ignatius temía aquella parte de la personalidad de su jefe, capaz de darte un abrazo y al minuto siguiente partirte las rodillas con un bate de baseball, como el incidente con aquel quaterback mujeriego y borracho, ¿cómo se llamaba? Bah, daba igual, a Ignatius ni siquiera le gustaba el football.
-Si me permite, señor, le acompaño en el sentimiento, aun no había tenido oportunidad de decírselo, ha pasado todo muy rápido.
-No lo intentes Ignatius, no merece la pena, sabes de sobra lo que sentía por ese estúpido bastardo.
-Aun así, señor, es una pena, me caía bien Al.
-Te caía bien porque te pagaba el whiskey y las putas.
-Señor, eso no es justo.
-Calla de una vez, me das dolor de cabeza.
Ignatius sabía de sobra donde estaba el límite y se propuso no sobrepasarlo, conocía aquella sensación.
-Señor, ¿quiere que haga algo al respecto?
-¿Estás hablando de la muerte de Al?
-Asesinato, señor.
-No hagas nada, dejemos que pase el tiempo, el tiempo dará paso al olvido.
-¿Nadie sospechará ante nuestra pasividad?
-No se puede hacer otra cosa, la muerte de Al era necesaria y por otra parte inevitable, hay que verlo como un mal menor y algo necesario, en todo caso.
-Entonces, ¿seguimos con el plan?
-Esto que ha pasado, maldito mendrugo, es la parte más importante del plan.
-Un precio demasiado alto, señor.
-Para nada, Ignatius, para nada.
James A. Cougar y su hombre de confianza avanzaron hasta la tumba de Albert McCoist y esperaron pacientemente, con gesto afligido, a que el reverendo oficiase las ofrendas por el caído.
Y de repente, empezó a llover.
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16 comentarios:
Jajaja!! Genial, me encanta.
En realidad has pegado un giro de timón muy importante a la historia, mola, aunque te has cargado uno de mis planes y otra cosilla de la que ya hablaré ;)
Bueno, ahora a asimilar esto y esperar al siguiente episodio con ansia.
No lo leo, que es muy tarde, mañana.
Ya era hora, jejeje
hola chicos pasaba a leerlos un rato...y me recibe un capitulo de mi serie favorita....excelente y comparto con daaxe pero me gusta.
ahh les aviso que tienen algo para ustedes en mi blog...pasen a retirar
mil besitos...que sigan bien.
No sé porqué pero me imagino a Ignatius interpretado por Samuel L. Jackson
Ni se me había pasado por la cabeza que fuese negro.
Ostia, Troy ya piensas como director. Alfombras rojas y cuarto de baño con estanterías par colgar premios!
Ignatius me ha parecido servil y pelota. No veo al tipo más duro de la pantalla en ese papel. Me encanta cuando le chafamos los planes al siguiente, significa que nos sorprendemos a nosotros mismos!
joder, es servil y pelota cuando sabe que debe serlo, sin embargo no le tiembla el pulso para arruinar la vida a un jugador profesional a golpe de bate. Puede que le dedique un capítulo a Ignatius ;)
Creo que lo del bate fue cosa del Sr. Cougar "temía aquella parte de la personalidad de su jefe, capaz de darte un abrazo y al minuto siguiente partirte las rodillas". Esto se está plagando de una fauna que ni Callejeros en las fiestas de Paterna.
Bueno, ya sabemos quién mandó matar al bueno de AL.
Era un lastre muy pesado para nuestro "gran" hombre de "negocios"...
Preparate Robert, porque no creo que deje mi entrega para la proxima semana, hay que recuperar el tiempo perdido...
Alud, una salvedad. No queda del todo claro si fue Cougar quien mandó matar a McCoist o no; está claro que era algo que entraba en sus planes y no lamenta, pero puede que supiera que otro lo haría matar, o incluso que forzara los acontecimientos, por ejemplo, y ahora pueda aprovechar la situación.
O puede que lo mandara matar él, claro.
Buen apunte, daaxe;)
Y lo del bate fue obra de Cougar, está claro.
y en mi mente sí que veo a Ignatius como un tipo duro, aunque ya veremos por donde van los tiros.
Correcto, Daaxe, hablan con sorpresa de la muerte de Al pese a que lo tuvieran previsto y que sea algo que les beneficie.
Veo que Alud no ha esperado a la publicación de Little para escribir su capítulo.
Alud tiene escrito un "guerra y paz".
Ostia, yo había leído "teNía aquella parte de la personalidad de su jefe, capaz de darte un abrazo y al minuto siguiente partirte las rodillas",jejeje, ya no me parece tan duro, ahora creo que el papel lo intrepretaría chris rock
Chris Rock, ja ja ja...Yo había pensado en Ben Stiller!
Littel, a Alud de das un Gin Tonic y podría escribirte el Maria Moliner por seguidillas sobre el mecanismo de las alcaparras!
"Esto que ha pasado es la parte más importante del plan"
Joder, si no es culpable, le ha tocado la loteria, jajaja.
En fin, veamos por donde sigue "Guerra y paz", jejeje.
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