CUANDO EL FÚTBOL ES ELEVADO A LA CATEGORÍA DE ARTE.

Tengo un gran amigo(Gran Torino) que dice verdades como puños. Él sostiene que el fútbol es el opio del pueblo. Que los políticos están tranquilos mientras consumimos fútbol, porque así, nos atontamos y no protestamos por las injusticias sociales. Seguramente, no le falta razón. Pero yo siempre le digo, que el fútbol, bien jugado, es el mejor juego del mundo.

El sábado se presentaba como una gran tarde. Después de un buena siesta de más de 2 horas y media, me levanté y me recompensé con una relajante ducha para, sobre todo, despejar los nervios iniciales. Eran ya las siete y media de la tarde y empezaba a resignarme con escuchar el partido por la radio, junto con mi novia. En eso, recibí una llamada de dos de mis grandes amigos (Gurru y Riscotix). Movimos algunos hilos, recibimos la llamada de algún amigo más y compramos el partido en casa de Gurru. Eran ya casi las ocho de la tarde y necesitaba uno de mis cigarritos de la risa, ya que las piernas había empezado a temblarme más de la cuenta. Sin duda alguna, el Bernabéu lleno... impresiona bastante. Y eso que yo estaba detrás del televisor!!!!.
Una vez empezó el partido, me dí cuenta rapidamente, de que el Barcelona iba a tener facilidades para llegar a la puerta de Casillas. Minuto que pasaba, más confianza que tenía.Eso sí, el carril de Abidal era una autopista y, Robben y Ramos, le pasaban por la derecha y sin intermitente. En esas estabamos, cuando llegó el minuto 13, Ramos se fué otra vez del francés, pegó un buen centro al área y el Pipita, solo de marcaje, cabeceó al fondo de la red. Mi gozo en un pozo!!!!
A partir de ahí, en un estrés de contesta el teléfono que te llama Little, hazte otro cigarrito de la risa para los nervios y abre a los colegas que llegan tarde... cuando me quise dar cuenta, el Barcelona le había pegado un baile colosal al Madrid, e ibamos ganando 1-3, con goles de Henry, Puyi y Messi. Cuando el árbitro pitó el descanso, más que alivio fué una sensación de ojalá no se acabara nunca. Con lo caliente que estaba el Barça... hubieramos metido más de uno.
En el descanso seguí comiendo guarrerías, más que nada por puro nervios. Preparé otro cigarrito de la risa para no despistarme luego y aguardé paciente el comienzo de la segunda parte. Después de unos quince minutos de toma y daca, el Madrid botó una falta lateral (que no fué) y Ramos volvió a cabecear a la red. Ya estamos!!!-pensé. Qué si remontamos, qué si podemos, qué el espíritu de Juanito, que si tocame los cojones!!!. Nothing de nothing. Otro meneo de los que hacen historia y, en un abrir y cerrar de ojos, 2-6 para el Barça, con goles de Henry, D10s y Geri Piqué. A todo esto, que se me olvidaba, el cigarrito ya había caído. Colosal, grandioso, magnífico, inimaginable, orgásmico, maravilloso... y todos los adjetivos que queráis ponerle.
Lo importante no fué el resultado. No fué hacer seis en el Bernabéu. Lo importante fué como se ganó en Madrid. Participaron ocho jugadores de la casa, se puso toda la artillería y se ganó con jugadores bajitos pero llenos de clase. Se ganó con calidad, atacando desde el primer minuto hasta el último. Se ganó con una exhibición de precisión, técnica y ambición.
Y es que, amigas y amigos futblogueros, cuando el fútbol es jugado de esa manera, deja de ser un juego. Se le puede empezar a llamar arte.

P.D. Esta entrada va dedicada a Riscotix. Si todos los aficionados al fútbol se comportasen como él en la derrota... menos odio habría en el fútbol y en el mundo.