martes, 15 de abril de 2014

DARK DUSK: CAPÍTULO 28

¿TIENES FUEGO?



Apenas eran las 8 de la tarde cuando el Tupolev Tu-154 se disponía a tomar tierra en el Aeropuerto Internacional de Sunan, en la ciudad de Pionyang. Marcus le dio un codazo a Matt, que roncaba desde hacía más de una hora. Sobresaltado dio un salto en su asiento y se limpió los resto de saliva que le había resbalado durante su profundo sueño, producto de ingentes cantidades de vodka mezclado con barbitúricos.
Matt bostezó sonoramente abriendo los brazos, se echó mano al bolsillo de la camisa y sacó un paquete de tabaco. Se encendió un Winston y aspiró profundamente el humo. Casi inmediatamente una azafata de aspecto eslavo se acercó a él para recriminárselo.
- De acueeeerdo, de acueeeerdo. Ya lo apago, ya lo apago!! mierda qué asco. NECESITO UN PUTO PITILLO JODER.
- Matt o te callas ahora mismo o te meto tal hostia que se te van a quitar las ganas de fumar el resto de tu puta vida. Tranquilízate joder!!! en cuanto estemos en el aeropuerto podrás fumarte el cartón entero si quieres, y sabes que lo que menos necesitamos ahora es llamar la atención.
- Perdona Marcus, sabes que tengo muy mal despertar y los cambios de horario, las pastillas, los nervios... no ayudan nada.
- Lo sé, lo sé. Yo no he podido pegar ojo en todo el vuelo y ya llevo varias noches sin poder hacerlo. En cuanto nos quitemos este marrón de encima me voy a pasar una semana durmiendo.
- ¿Sobre un colchón de billetes de 100 pavos?
- Jajajaja. Ni de coña. No pienso fundirme la pasta en un par de meses como todos esos gilipollas que nunca pueden llevar una vida normal. Tengo planes amigo y si todo sale bien pasaré el resto de mis días en una playa australiana.
- No jodas!! ¿Australia? ¿y qué cojones se te ha perdido a ti en Australia?
- Lo tengo todo pensado Matt, me compraré una casita tan cerca de la playa que podré irme a mear al mar si me sale de los huevos. Surf, tías, fiestas y hasta es posible que vuelva a tocar la batería. Sin volver a complicarme la vida.
- Suena bien Marcus...pero no me convences. Yo cuando esto acabe y salga del puto McDonalds del aeropuerto al que me lleve el primer vuelo que lleve a Norteamérica desde esta mierda de país, pienso pasarme un mes follando, esnifando coca y bebiendo alcohol de verdad, y no esta bazofia- dijo levantando la botella de vodka, la cual no contenía más que unos dedos del transparente líquido- Y luego, cuando me duelan la polla, la nariz y el hígado por igual hablaré con mi primo, el pez gordo de Wall Street. Dice que en una semana puede multiplicar toda la pasta que le dé por 10 ¿te imaginas?

Ambos soltaron una carcajada nerviosa que se vio interrumpida por el ruido del avión tomando tierra. Marcus notó como su pulso se aceleraba y le nublaba la vista al levantarse de su asiento.

La espera de la maleta en la cinta se hizo interminable. Marcus siempre había detestado ese momento, en realidad odiaba todo lo relacionado con los aeropuertos, desde la facturación hasta conseguir un taxi al salir de la terminal. Todo se convertía en una competición y una lucha despiadada. Colas, empujones, salas de espera atestadas de gente, el ir y venir de personas anónimas cargandas con maletas, mierda de comida... pero ya faltaba poco para acabar con el trámite, y ahora, rodeado de gilipollas que estiraban el cuello para ver si su equipaje salía al fin por un agujero Marcus resopló aliviado al ver su maleta marrón de cuero dirigirse a él lentamente.
Matt tiró su cigarrillo tiró al suelo y señaló el bulto.
- Ahí está Marcus, por fin!!- dijo mientras encendía otro cigarro.
Marcus se inclinó y recogió el equipaje, se encaminaron con paso decidido al control , que pasaron sin problemas después de dar sin excesivo disimulo un buen fajo de wons coloreados en rojo (como era normal para los viajeros que procedían de países comunistas) al policia aduanero.
Al pasar el control se les acercó un hombre alto, rubio con el pelo peinado hacia atrás y con los ojos de un azul tan intenso que parecían trozos de hielo. Con marcado acento ruso les preguntó:
- Hola, ¿podrían invitarme a un cigarro?
- ¿Fumas Winston?- respondió Marcus escrutándole con la mirada.
- No estoy dispuesto a fumar otra marca- dijo el ruso
- Aquí tienes- dijo Matt
- Muchas gracias ¿serán tan amables de acompañarme para que pueda invitarles a una copa? - dijo el hombre señalándoles la salida con la mirada

Subieron a un coche con las lunas tintadas y allí el ruso que se sentó en el asiento del copiloto comenzó a hablar una vez se pusieron en marcha.
- Me llamo Boris y éste de aquí es mi compañero Kirilenko- dijo señalando al coductor- creo que tienen algo que entregarnos. A cambio ustedes recibirán, como se les prometió, esto- dijo mientras les pasaba un maletín.
Marcus lo cogió y abrió las pestañas con presteza.
- Perfecto, me encanta el olor de Benjamin Franklin- dijo Marcus- Por cierto, pensaba que vendría Claire a darnos la bienvenida.
- Olga ha tenido que bajar a "la cloaca" a solucionar problemas con las ratas - dijo pausadamente sin apartar los ojos de la carretera el conductor Kirilenko.
- Entiendo, órdenes de arriba, supongo. Nadie va a "la cloaca" para hacer turismo -dijo Marcus.
- Tú lo has dicho camarada -dijo Boris- Estamos llegando al punto de entrega (dijo mientras el coche se adentraba en un pequeño almacén). Si está todo correcto, les rogaría que nos entregaran el paquete aquí. Se pueden quedar el coche, luego si son tan amables vuelvan a dejarlo en este punto con las llaves puestas. Nuestros hombres se ocuparán de todo.
- Qué hospitalidad!!- dijo Matt mientras sacaba un paquete de Winston de su americana y alargaba el brazo para dárselo a Boris.
Boris lo metió dentro de una caja metálica y esperó hasta que se encendió una luz verde. Acto seguido él y Kirilenko se miraron durante un segundo que a Matt y a Marcus se les hizo eterno, luego bajaron del coche seguidos de Matt y Marcus.
- Muy bien camaradas- dijo Boris- dentro de 48 horas un coche les recogerá aquí para llevarlos otra vez al aeropuerto. No se gasten todo el dinero en Corea.
- No os preocupéis por eso, me han dicho que las putas en este país no son gran cosa, quizá en Tailandia. Hasta la vista - dijo Matt mientras se acomodaba en el asiento del conductor.
- Un placer, y dad recuerdos a Claire - dijo Marcus ya dentro del coche, con un aire de melancolía.

El auto salió del almacén y se dirigió hacia la carretera que llevaba a la ciudad de Pyongyang.
Matt y Marcus se miraron y soltaron un grito de euforia.
- Wuuuuuuuhhhhhh síiiii- gritó Matt- estoy hay que celebrarlo coño!!! Vamos a tomar una copa!!!!
- Joder!!! a tomar por culo!!- vociferó Marcus- pensé que esos putos rusos no se iban a bajar nunca del coche!! Venga Matt que la primera ronda la pago yo!! dijo agitando dos fajos de billetes.
Ya dentro de la ciudad frenaron en un semáforo. De repente se oyó un click sordo en el salpicadero. Un segundo más tarde el coche volaba por los aires y una fuerte explosión resonaba por las calles del centro de Pyongyang.




8 comentarios:

TROY MCCLURE dijo...

Todo gira alrededor del paquete

daaxe dijo...

Bravo!!
Llega la resurreción de Dark Dusk, que en un relato con tantas muertes no deja de ser irónico.

El viaje del misterioso paquete sigue su curso, ¿a donde coño nos llevará?¿que tiene que ver con lo que sucede en Oakland?¿sobrevivirá alguien para aclararnos las dudas?

Próximamente, nuevos episodios del serial que asombra al mundo.

ALUD ROMERA dijo...

Buenoooo, tendré que releer de nuevo todo Dark Dusk... Recuerdo el Tupolev, pero no me acuerdo del puto paquete de tabaco, ni de Matt, ni mucho menos de Marcus. Y tampoco tengo ni idea de porqué se quedaron el coche. ¿Acaso no se dieron cuenta que apestaba a trampa?

El Vodka es muy malo...

TROY MCCLURE dijo...

Se quedaron el coche porque... Porque en Corea Del Norte no hay Europcar

TROY MCCLURE dijo...

Y menos en 1987
Y eran un poco tontos

ALUD ROMERA dijo...

Lo que está claro es que en Pyonyang se tienen que pegar unas fiestas de miedo, sino no iría Dennis Rodman tan amenudo...

TROY MCCLURE dijo...

Además si hubieran querido matarlos podrían haberlo hecho de un millón de formas ¿por qué desconfiar?

TROY MCCLURE dijo...

Lo de Rodman es desde que está el gordito