El gargajo de la semana es para... ¡¡Esperanza Aguirre!!

Esta semana queremos premiar con un buen gapo mucoso a una persona que año tras año de vida pública ha conseguido ir superándose hasta llegar al acontecimiento que nos ocupa que la encumbra como miembro supremo de la caspa española.

Tras sus inicios en los que como ministra de Cultura no sabía quien era Santiago Segura o si "Airbag" era una película española (que vale, que quedó mal, pero los ministros de Cultura sucesivos han terminado por hacerla buena), tras la que ha liado en la comunidad de Madrid con su amigo (el "hijoputa") Gallardón, la jugada del AVE parando en sus terrenos perdidos en el desierto, tras sus múltiples declaraciones contra los manifestantes que la critican, tras salir por patas de la presidencia de Madrid cuando vio la que se iba a liar en Sanidad y Educación con sus recortes para que se comiera el marrón otro pringao, tras su defensa a ultranza del fitipaldi de Carromero, esa pobre victima de la implacable dictadura Cubana, etc.

En resumen, tras cagarla una vez tras otra con el beneplácito de la prensa más derechona que la ven como la "gran esperanza blanca" del liberalismo ahora que han comprobado que Rajoy es un blandurrio, esta semana nos ha deleitado con un incidente en plan "Hit & Run" que ni Tommy Vercetti, oiga.

La cosa ha sido más o menos así: resulta que la lideresa había sido victima de un robo de cartera, de esos que te quitan la pasta y tiran la cartera con las tarjetas, se entiende, porque posteriormente un barrendero que la encontró al parecer se la devolvió. Aclamemos al heroico ciudadano y sigamos con el relato. En fin, la buena mujer tenía una partida de bridge (o un trivial o un parchís) y como necesitaba pasta para apostar (era una partida benéfica, mal pensados) para en medio del carril bus de la Gran Vía para acceder al cajero. Sin embargo, unos policías, sin duda con exceso de celo y ganas de hacerse famosos a su costa, deciden que  a pesar de ser ella la Espe la van a tratar como a cualquier otro ciudadano y la van a multar.

Pero no se conforman con eso los desalmados, resulta que encima le hacen perder el tiempo pidiéndole los papeles y otras zarandajas. Así que ella, en su grandiosidad, hace lo que cualquiera de nosotros habríamos hecho si fuéramos unos jetas redomados y pensáramos que estamos por encima de la ley, pasar de los maderos, meterse en su coche y pirarse, golpeando de paso una de las motos de los polis y haciéndola caer al suelo, para que sepan quien manda, dejando a los tristes funcionarios con algo que contar a sus nietos, que más quieren los desagradecidos.

Lo bueno es que esto no acaba aquí, como habría sido lo normal. A los polis les da por chivarse y un coche patrulla se coloca en paralelo y le da el alto, cosa a lo que por supuesto ella se niega, ya que tiene mucha prisa y no puede perder el tiempo con zarandajas. Así las cosas llega a su chalet, baja del coche (en este punto me gusta imaginar que se gira y les dedica una sonrisa juguetona) y se mete en su casa haciendo caso omiso a los siete policías que se han juntado persiguiéndola.

La cosa acaba con un escolta suyo, al parecer guardia civil, saliendo con los papeles para aclarar las cosas en plan "venga, que somos compañeros y tal, ya sabéis como son estas cosas" y con esta tipa acusando desde todos los foros a los polis de ser unos malos hombres, envidiosos abusones y no se que más, mientras que el resto del mundo se dedica a indignarse y a descojonarse de esta petarda a partes iguales.

Por todo ello, el pegajoso esputo de la semana es para la carota de Espe. Que lo disfrutes, chata.

PD: Espero y deseo que de paso les salpique a sus coleguillas Ignacio Gonzalez y Cristina Cifuentes, los nominados de la semana pasada que se libraron por los pelos.