domingo, 7 de marzo de 2010

HORA PUNTA EN TOKYO. DIARIO DE VIAJE (1ª PARTE)

DÍA 0.



-Comprobamos que va a ser un viaje diferente cuando, al llegar a la terminal asignada en el aeropuerto internacional de Frankfurt, vemos que todos y cada uno de nuestros compañeros de viaje son japoneses.
-Por razones del low cost volamos separados (benditos billetes baratos de última hora) y veo como mi compañera de la derecha estornuda dos veces, me pide perdón y acto seguido se pone una mascarilla; mi compañero de la izquierda se descalza, se limpia los pies con una toallita, se pone unos calcetines limpios y se duerme al instante; no se despertará hasta doce horas más tarde, el hijo de puta.
-El vuelo transcurre sin incidencias. La selección de películas es amplia, aunque estoy a punto de denunciar a la compañía cuando termina “Los sustitutos”, aunque me animo con clásicos como “Regreso al futuro 2” y disfruto mucho con “Up in the air”. Vuelvo a alterarme con la bazofia que es “2012”, y eso que John Cusack es uno de mis actores favoritos.
-Mi felicidad aumenta por momentos cuando veo que las latas de cerveza tienen 35 centilitros.
-Por lo demás, el vuelo se asemeja a una sesión de media hora de bicicleta estática; larga, tediosa, aburrida y cansada.

DÍA 1.

-Autobús hasta el hotel, primer contacto con el paisaje urbano de Tokio.
-Llegada al hotel. La habitación, pequeña, práctica y funcional, como ya sabíamos.
-Primer contacto con el sushi. Comprobamos que el japonés de L´Eliana no tiene nada que envidiar en cuanto a calidad, pero sí en cuanto a variedad y, sobretodo, precio.
-Nos comemos entre los dos 30 piezas de sushi; puede parecer exagerado pero el tipo de nuestra derecha se come lo mismo él solo, y al de nuestra izquierda se le cae la montaña de platos que tiene acumulados.
-Agotados, decidimos retirarnos.
-No podemos dormir.
-No podemos dormir.
-No podemos dormir.

DÍA 2.

-Decidimos hacer nuestra primera incursión en el metro japonés para acercarnos hasta el barrio de Shibuya.
-Comprobamos que, ante la simplicidad del metro de Madrid o Barcelona, el sistema de transporte japonés es casi tan complicado como el de Valencia.
-En Shibuya asistimos desde un puente elevado al ritual del famoso cruce y sus 8 pasos de cebra. Brutal.
-En 40 minutos detecto 4 tiendas de discos y me convierto en un tipo más peligroso que un gremlin en una piscina.
-Me gasto en discos el presupuesto asignado para desayunar en cafeterías, a partir de ahora tendremos que comprar el café en máquinas expendedoras.
-Me convierto en un adicto al café caliente de máquina expendedora.
-En las colinas del amor asistimos a una curiosa escena.. Se trata de una zona llena de pequeños hoteles temáticos donde la gente queda para lo que queda y vemos como varias parejas de tokyotas entran al hotel dedicado a la antigua Roma.
-Ya de noche, en la zona de Kabukycho, entramos a un bar heavy y el dueño nos pone la música que queremos. Mola.

DÍA 3.

-Nos vamos a la lonja de Tokio y nos perdemos entre el bullicio del mercado.
-Por increíble que parezca, los bares tienen unos precios irrisorios y nos damos cuenta de que los mejores son donde hay pescadores desayunando.
-Ni de coña voy a probar pescado crudo por mucho que me lo ofrezcan con esa amabilidad tan servicial, pero, por increíble que parezca, Cristina sí lo hace.
-Nos desplazamos hasta el templo de Senso Ji y se me caen las pelotas al suelo. Impresionante es decir poco.
-Cenamos teriyaki en un oscuro callejón, perece ser que famoso precisamente por el teriyaki. Será la cena más abundante y barata de todo el viaje.
-Los japoneses importan todo aspecto occidental que pueden, algunas cosas calan y otras no. El jazz es una de las cosas que han terminado por quedar arraigadas en la cultura nipona, así que puedes escuchar jazz en cafeterías, estaciones de metro y, por supuesto, bares de jazz.
-En un bar de jazz me tomo un whiskey japonés de 12 años y se me caen las pelotas al suelo.

DÍA 4.

-Toca desplazarse hasta el barrio de Akihabara, centro neurálgico de la tecnología japonesa y del manga. Demasiada oferta y precios altos.
-En el marcado de Ameoyoko nos comemos una anguila asada con arroz que nos resulta deliciosa.
.En el parque de Yoyogi asistimos a otra escena curiosa. Una tribu urbana compuesta por rockabillies japoneses con enormes tupés bailan al ritmo de Chuck Berry y Stray cats ante el júbilo de no pocos espectadores.
-Tenemos el primer fracaso en materia lingüística. En Japón no se habla inglés y tenemos que salirnos de un restaurante ante la imposibilidad de comunicarnos con los camareros; la carta está totalmente en japonés y no hay ni una miserable foto que nos indique que vamos a ingerir. Decidimos no arriesgar y salimos.

El lunes, la segunda parte.

14 comentarios:

ALUD ROMERA dijo...

joder macho, que madrugador, y en domingo!!! Voy a leerlo...

little caesar dijo...

Venga, todos queríais la foto.

daaxe dijo...

Me encanta la crónica, joder! Directa, concisa y terriblemente descriptiva.

Sinceramente, mientras la leo me entran unas ganas enormes de imitaros; siempre he querido vistar Japón, y por lo que veo, vale la pena.

Pues eso, me alegro de que lo hayáis pasado bien y estoy deseando leer la segunda parte ;)

tonetti dijo...

Hombre pareja, que alegria saber de vosostros, tras tan magnífico y largo viaje.

Espero que tengais fotos de las innumerables tribus urbanas existentes en japon.

Saludos de mada y mios.

Athelas dijo...

Leerlo esta bien pero quiero oirlo acompañado de fotos...¿cuando comemos en el "Samurai" de l´Eliana?
GRANDE LA FOTO¡¡¡¡¡

Unknown dijo...

Genial la crónica!!
De donde coño has sacado ese batín??!!! oh my god...

little caesar dijo...

Gamba, al igual que a bill murray en lost in traslation, el batín lo ofrecen en los hoteles.
esa película, denostada y crucificada por mi desde que la vi, toma otra dimensión después de haber estado en tokyo.

Athelas, ya le puedes ir diciendo al dueño, y gran amigo tuyo, del samurai, que he estado en tokyo y quiero sashimi de gran grosor, no la mierda que ponen.

Daaxe, tienes que ir.

Joaquin dijo...

Joder... menudas fiestas os corréis... ya que tuviera yo pasta para pegarme esos fiestorros...
Por cierto, parece que hay baretos heavys en el resto del mundo menos en España... qué asco!

little caesar dijo...

Joaquín, en febrero y planeando bien las cosas, no sale tan caro, hazme caso.

Unknown dijo...

Te lo dan en el hotel? tienen el mismo gusto para el batín que para las cortinas, jejeje.
Tokio es uno de mis viajes pendientes, es uno de esos sitios a los que hay que ir, y después de leer esto y ver las fotos lo tengo más claro! Llolker, no tienes ningún regalito que hacerme? XD

Palabra clave: wokkk

Llolker dijo...

Si, claro que tengo regalito que hacerte... cuando me toque la primitiva!!
Estoy emocionado y todo con tu foto, Little.
El whisky de 12 años era el que promocionaba Murray en la peli, eh?? (un momento de relax es un momento Suntori).
Lo que mas me ha gustado fué lo de "y se despertó 12 horas mas tarde, el hijo de puta" jajajaja

little caesar dijo...

Lloker, por supuesto que probé el suntori, pero no deja der un black label, a no ser que pidas el caro y no era plan.

Robert Parr dijo...

Little, ¿estás completamente seguro de que tu vecino de asiento durmió 12 h? Mira que los ojos de alguien durmiendo y los de un japonés con jet lag apenas se diferencian...
Por cierto, 12 h de avión y lo primero que visitáis es... un paso de cebra. GRANDES!! ^_^

little caesar dijo...

Es lo primero que hay a la salida de esa parada de metro, ja ja ja.