AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS (VII)

El sábado empezó mal, unos niños interrumpieron mi siesta con sus gritos salvajes e inhumanos; a las 19.30 el Tau nos eliminaba de la copa de basket, a las 21.10, De la Peña nos metía el primero y a las 21.15, el segundo… y el Madrid a 7 puntos, hay que joderse.
La noche se enderezó un poco bastante, mucho, gracias al pedazo de concierto que dieron los CRISIS DE FE ( Eva nos dará pronto una detallada y, seguro, nada imparcial crónica).
De vuelta, ya en el coche, dirigiéndonos al Barracuda Bar para seguir la fiesta tuve una conversación con mi gran amigo Alf Bendecida que me impulsó a escribir éste post; transcribo la conversación.

Bendecida: -Tío, ¿por qué no pones en el blog una foto de Samantha Fox?
Little:- Tío, mirando las cosas en perspectiva, Samantha Fox no era nada del otro mundo, más bien del montón.
Bendecida:- Eh tío, es un puto icono sexual de mi juventud, ¿qué coño te pasa?
Little:- Eh tío, no te alteres, yo no tengo la culpa de que Fran Vázquez sea un manta y de que el espanyol nos gane después de 27 años.
Bendecida:- (Silencio, movimiento de negación con la cabeza, ligero suspiro y larga calada al cigarro), no lo vi pero creo que se le escapó un lágrima de impotencia.

Más tarde, después de la quinta cerveza volví a pensar de nuevo en ello y me dije a mi mismo: ¿Por qué sólo una foto? ¿Por qué no hacer un homenaje a esas pseudo-cantantes pechugonas que tantas alegrías nos dieron en los ochenta? De puta madre, ya tengo tema semanal, tenía un pequeño bloqueo creativo y se que el jefe del blog espera más de mi que un puto vídeo de youtube, aparte de que tengo que justificar el elevado sueldo que me llevo.

Samantha Fox, Sabrina Salerno y Danuta Lato, esas fueron las auténticas y genuinas tit-stars de los años ochenta. No cantaban una mierda, sus directos eran en playback y la mayoría de sus canciones eran muy, muy mediocres, si acaso algún single resultón y poco más, pero ahí estaban, para nuestro disfrute.

Samantha era británica y fue la mayor estrella anglosajona en su campo, su gran éxito fue el single rompepistas “Nothing´s gonna stop me now”, un gran tema, todo hay que decirlo. Empezó como modelo pero se hizo famosa saliendo semidesnuda en la prena inglesa, donde es tradición en muchos periódicos poner fotos de tías medio en bolas en las primeras páginas.
Después de eso saltó al mundo de la canción, como ya hemos dicho e incluso hizo sus pinitos en el cine con varias apariciones en producciones de serie B donde mostraba sus encantos.
En España tuvo mucho éxito y hasta podíamos disfrutar de sus curvas en revistas adolescentes como la superpop, entre fotos de Rick Astley o Jason Donovan.



Sabrina Salerno llegó a España con su hit “Boys(Summertime love), se subió a un escenario en un especial de nochevieja y el resto es historia.
Fue la gran rival de Samantha Fox y a diferencia de ésta podemos decir que la genovesa cantaba bastante bien, tenía un directo competente y, para que engañarnos, estaba mucho más buena. Vendió la nada despreciable cifra de 20 millones de copias en todo el mundo y tuvo una larga carrera. Aun a día de hoy da conciertos “remember” ocasionalmente, aparte de ser una más que digna actriz de teatro en Italia, curioso eh?
Para el recuerdo, esa jugosa aureola de su pezón que hizo las delicias de tanta gente; gracias Sabrina.

Gran detalle el de la repetición a cámara lenta en el minuto 1.25. Esto es leyenda queridos lectores.


Danuta Lato, la tercera en discordia y mi favorita; Danuta era polaca, cuando Polonia era todavía un país comunista y los países del Este aun no habían encontrado el filón de la pornografía, que era lo que Danuta sin duda merecía, claro, ser una maldita estrella del hardcore.
Danuta no tenía la clase inglesa de Samantha Fox ni el especto latino y salvaje de Sabrina pero, que demonios, tenía unas tetas espectaculares y un aire de perdedora pasada de vueltas que hacía las delicias de jóvenes fácilmente impresionables como yo.
Sólo tuvo un éxito fugaz, aquel alegórico “Touch my Herat”, ¿tu corazón?, te toco lo que quieras guapa, y participó en diversas producciones alemanas, donde emigró después de la caída del muro de Berlín.
Hasta hace poco no se sabía nada de su paradero, lo que no hacía más que acrecentar su leyenda.



Hubieron más estrellas pechugonas en aquella época, salían a patadas, claro, artistas mediocres como Taylor Dane o Patty Ryan pero no consiguieron pasar de adornar cabinas de camioneros o salir, con algo de suerte, en las páginas finales del Intrviú, que eran las mejores páginas, que cojones.


¿Contento Alf? Venga coño, que esta liga está ganada...